Si es la primera vez que entras, vete al primer día y sigue desde allí, que la cronología de las entradas es importante.
Tuve la alegría de
reunirme con un grupo de amigos y familia el fin de semana. Habían hecho
deliciosas empanadas, enormes y suculentas, de carne y de verdura. ¡Ñam! No sé
cuántas comí, pero un montón. Estaban buenísimas. Muchas gracias, chicos.
Comer = compartir
Lo que más me sorprende
últimamente es que puedo comer esas empanadas maravillosas sin remordimiento de
conciencia, disfrutando cada mordisco, sintiendo cómo se hunden los dientes en
la masa crujiente y los sabores no sólo entran por la boca, sino también por la
nariz. Y los demás sentidos se involucran también, está el placer de las risas
con los seres queridos, la escena de la mesa puesta con amor, el contacto de los
abrazos al llegar, al irnos, al brindar y mirarnos a los ojos. El sentirnos
cercanos, porque llevamos un montón de años juntos. ¡Ese dejarse llevar por el
momento, disfrutar con gusto, no puede ser malo para la silueta!
¡Sorpresa! La balanza es
mi amiga
¡Y no lo es! Como muchas
otras veces, al día siguiente me acerqué a la balanza con temor, como cuando el
gato se acerca a un objeto desconocido y estira la manito para darle un golpe y
ver qué es antes de acercarse un poquito más. Para mi sorpresa, la aguja sigue
sin ascender. ¡Ha bajado un punto más! He descendido de 90, ya estoy en una
nueva década! La balanza se ha convertido en mi amiga, no mi enemiga. Me apoya,
me dice: disfruta; Mary, que la vida está hecha de esos momentos de amor, de
compartir con los seres queridos.
Privación = ansiedad
¡Cuántas veces nos privamos
de esos sentimientos porque creemos que dejando de comer una empanada vamos a
bajar de peso! ¡En cuántas ocasiones, a pesar de habernos privado de algo
delicioso, la balanza delata esa ansiedad después de una cena, ese retener de
la energía que no circula como debe!
Adelgazar no es solo
ingerir menos y gastar más, como unas sencillas sumas y restas lo demostrarían:
como 900 calorías de empanadas y 100 de
un chocolate, gasto 400, me quedan 600 que acumulo en grasa para más adelante. Hago
spinning, gasto 200 calorías en una
sesión, me quedan 200. Y suma y sigue con signo positivo o negativo. Entonces, ¿por
qué a veces hacemos una dieta a rajatabla, sin hacer trampa ni un día, sincera,
honesta, una dieta tal cual el guru
de turno lo indica en su best seller y
no bajamos ni un gramo?
La verdadera nutrición
Nutrirse bien es
ingerir, procesar y soltar. Ingerir, procesar y soltar todo, no únicamente
comida. Si yo me privo de una empanada deliciosa que no es nada más que una
manifestación física de toda esa ceremonia del compartir con los seres queridos
y en mi subconsciente siento que estoy privándome de algo más profundo, dejando
de recibir lo que la empanada simboliza, la orden que ese subconsciente enviará
a mi cuerpo será “¡Sujeta, no sueltes, no lo pierdas!”.
La única empanada que
como para no hacerle un feo a mi amigo valdrá por veinte. Y lo más probable es
que además, me siente mal, me repita o me dé un ataque de hígado. Entonces pensaré que no debería haber comido esa única
empanada que sabía a gloria en vez de darme cuenta de que lo que me ha hecho
mal es la falta de todas las empanadas
que tenía deseos de comer y que me han provocado tal rabia contenida que se me
ha atascado el hígado de furia.
La comida es un momento
de compartir con alegría y paz. ¡Que vivan las empanadas, la familia y los amigos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario