lunes, 4 de noviembre de 2013

16 Aceptar los cambios

¡Importante! Aunque leas una sola página, pincha a la derecha para acceder a la primera entrada del 31 de agosto y sigue la numeración en orden. 

Tengo que haceros una confesión: hace dos meses, cuando comencé el blog, estaba en casa de mi hija mayor, feliz, rodeada de amor y de apoyo; cerca de un niño de dos años que es una maravilla y que te da amor incondicional todo el tiempo, el mejor amor del mundo. Al volver a casa llegaron mis hermanos, que no sólo me mimaron y estuvieron conmigo para hacer filosofía de cocina, charlar, disfrutar de la comida y paseos, viajar y reírnos, sino que pusieron en condiciones la casa, porque ella estaba constantemente haciendo cosas, ordenando y ocupándose de la lavadora y él hizo todos esos arreglitos que  son tonterías y, salvo que llames a www.maridodealquiler.es, se van acumulando porque no sabes cómo solucionarlos tú, ya que además de salirte por un ojo de la cara, te sientes un poco boba llamando a un electricista y que luego te toquen el timbre y aparezca un muchachote con un carrito lleno de herramientas y cables de colores para renovar todo el cableado de la casa, cuando lo que necesitas es que te cambien un enchufe que tiene entrada para pata finita y necesitas uno para pata gorda. 
Pero ya se ha acabado el verano, ha comenzado el viento y la lluvia, han terminado las visitas, se ha cambiado la hora y oscurece más pronto y aquí estoy, nuevamente sola con el gato, las plantas y las lombrices, que he tenido que sacar del balcón de la cocina porque las moscas de la fruta me habían invadido y me estaban volviendo loca. ¡Qué peligro! ¡Cuánta necesidad de seguridad / variedad; amor y conexión/ reconocimiento! ¡Cuán fácil resultaría utilizar la comida para llenar ese vacío! 

miércoles, 16 de octubre de 2013

15 Y ahora, ¿qué vamos a hacer?

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La extraña memoria

Alguien tendría que explicarme porqué hay cosas que se nos quedan tan grabadas. Imagino que como el ordenador está hecho a nuestra imagen y semejanza, y cada generación se nos parece más, en él podemos ver una burda analogía. Por ejemplo, se descubrió que había que usar un salvapantallas porque las imágenes se quedaban en la pantalla de forma indeleble. Los cajeros automáticos más antiguos tienen todavía esas marcas. A nosotros se nos quedan las imágenes de igual manera. El otro día alguien me contaba que hace muchos años jugaba al Tetris, pero lo dejó un día en que se fue a dormir y no podía dejar de pensar en las fichitas que bajaban y se encajaban, bajaban y se encajaban y eso le causó gran desasosiego. 


lunes, 14 de octubre de 2013

14 ¡Benditas emociones! (2)

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Aprovechemos las emociones

Si las emociones son las impulsoras de nuestro cambio, si son la gasolina de nuestra vida, lo mejor será que las aprovechemos. Todos los gurus modernos nos dicen que tengamos pensamientos positivos y no es chiste, es la pura verdad. Los pensamientos generan emociones que se reflejan en nuestro cuerpo: se acelera el corazón, se nos dibuja una expresión en la cara, aunque queramos esconderla. Si la emoción es muy fuerte, tanto positiva como negativa, nos ruborizamos, nos sudan las manos. 

viernes, 11 de octubre de 2013

13 ¡Benditas emociones! (1)

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Más vale tarde...

Mira tú que tenía que llegar a esta época de mi vida para aprender que las emociones son las impulsoras de nuestra existencia. Durante toda mi infancia y parte de mi juventud, la consigna era controlar, reprimir las emociones. Y ahora voy y me entero que tengo que desandar todo ese camino. Pero bueno, así son las cosas y habrá que seguir aprendiendo. Al fin y al cabo, ese es el motivo de nuestra presencia en la tierra. 

jueves, 3 de octubre de 2013

12 Otra técnica útil

Un curso de escritura

He tenido la alegría de que mis hijas y un grupo de amigos me regalasen un curso de escritura de SARK* para mi cumpleaños. No es un curso al uso, es decir aprender a organizar las ideas, mejorar tu redacción o asimilar el uso del difícil punto y coma, el que no se escondió, se embroma.
No, este curso consiste en ir poco a poco despejando la cabeza para poder conectar con la musa, que es quien nos dicta lo que escribimos. 
Hace años tuve la fortuna de sentir esa maravillosa sensación de escribir sin ningún esfuerzo, como si uno fuese canalizando información que no sale de su cabeza, sino que entra por algún lado y pasa a través de los dedos para escribirse automáticamente. Fue genial y escribí un libro. No sé cuándo ni cómo desapareció mi musa, pero tras su pérdida pasé años batallando, intentando escribir cuando cada página resultaba un esfuerzo. Y, al comenzar este curso, de repente empecé a escribir el blog. Muchas gracias, hijas y amigos por ayudarme y darme esta oportunidad.

martes, 1 de octubre de 2013

11 El valor de la palabra


Este blog propone un proceso de cambio paulatino. Si es tu primera vez, lee la entrada del 31/8 y luego sigue la cronología. Las entradas correlativas irán dando pistas para conseguir el objetivo que nos proponemos: liberarnos de una vez por todas de la necesidad irracional de comer que nos lleva a tener un cuerpo que no nos proporciona la felicidad que nos merecemos. 


El otro a veces no te ayuda


Cuando vas de viaje a un lugar remoto como China y dices que ha visitado La Gran Muralla, nunca falta uno que te pregunta si has visitado otro sitio en China, cuanto más remoto, mejor. Por ejemplo, el nacimiento del río Mekong. Tú, que habías ido a China por negocios y apenas lograste hacer un hueco en tu agenda de trabajo para salir del hotel e ir a ver la Muralla, respondes que no. El otro, triunfalmente exclama que si no has visto el nacimiento del río Mekong no has visto China. Entonces, tu visita a la Gran Muralla se reduce a la mínima expresión: la Gran Muralla, maravillosa, desaparece bajo una emoción de frustración y el otro logra robarte el placer que te había causado caminar por aquellas piedras antiquísimas .

viernes, 27 de septiembre de 2013

10 La naturaleza de la mente


Este blog propone un proceso de cambio paulatino. Si es tu primera vez, lee la entrada del 31/8 y luego sigue la cronología. Las entradas correlativas irán dando pistas para conseguir el objetivo que nos proponemos: liberarnos de una vez por todas de la necesidad irracional de comer que nos lleva a tener un cuerpo que no nos proporciona la felicidad que nos merecemos. 


Un hombre llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente cansado y sudoroso bajo el implacable sol de la India. Extenuado y sin poder dar un paso más, se echó a descansar bajo un frondoso árbol. Al sentir la dureza del suelo, el hombre pensó en lo agradable que sería disponer de una cama. Y como aquél era un árbol celestial de los que convierten a los pensamientos en realidad,  inmediatamente apareció una cómoda cama.
El hombre se echó sobre ella y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo agradable que resultaría que una joven le diera un masaje en sus fatigadas piernas. Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a procurarle un delicioso masaje. Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa y opípara comida. En el acto aparecieron ante él los más suculentos manjares. El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso. De repente le asaltó un pensamiento: “¡Mira que si ahora un tigre me atacase!” Apareció un tigre y lo devoró. Anónimo hindú.