Este blog propone un proceso de cambio paulatino. Si es tu primera vez, lee la entrada del 31/8 y luego sigue la cronología. Las entradas correlativas irán dando pistas para conseguir el objetivo que nos proponemos: liberarnos de una vez por todas de la necesidad irracional de comer que nos lleva a tener un cuerpo que no nos proporciona la felicidad que nos merecemos.
Ese no soy yo
“¿Qué dice esta mujer? ¡Eso
no tiene nada que ver conmigo! ¡Ese no soy yo! Yo soy una persona activa, siempre ocupada, jamás estoy “plof” como dice Mary”, te dices, yendo de
aquí para allá por casa haciendo cosas, en constante movimiento. Y cada vez que pasas
por la cocina te metes algo en la boca. Generalmente es comida que viene por
unidades. ¡Qué peligro son las aceitunas, las papas fritas, las almendras, las
uvas, las pipas, los bombones! Quien sea capaz de comer solamente dos y parar,
que levante la mano.
Recuerdo una vez que
estábamos en un grupo y un amig@, que todos sabíamos que pasaba un
momento difícil en su vida, comía cacahuetes.
-¿Qué tal, cómo va todo?
-Bieeeen –los cacahuetes
volaban del bowl a su boca-. Bieeen –y los cacahuetes iban a velocidad de
metralleta: ¡Rat tat tat tat tat!
Estaba clarísimo que no
estaba bien en absoluto y con la comida conseguía tranquilizarse.